En Julio, ya estuvimos hablando de nuestros pies y como cuidarlos. Ahora que hemos vuelto a nuestra “normalidad” vamos a enseñar y explicar cómo realizar un masaje de 10 para mimar nuestro organismo.

La reflexología de pies y manos es una terapia alternativa que consiste en aplicar presión en determinados puntos de las manos y los pies para obtener un resultado en un área distinta del organismo con la que está conectado cada punto.

Retomar ideas de la acupuntura en cuanto a puntos de presión, flujo energético y su bloqueo… Los reflexólogos aseguran que las zonas reflejas son entre un 5 y un 20 por ciento más sensibles que el órgano o estructura a la que representan.
La mano y el pie derecho reflejan órganos del lado derecho del cuerpo. La mano y el pie izquierdos reflejan órganos del lado izquierdo del cuerpo.

Aunque atribuimos su creación a la medicina tradicional china, lo cierto es que, en otras culturas, como la japonesa, la egipcia y la de los indios aborígenes en América del Norte practicaban ya esta terapia.
La reflexología de pies y manos intenta estimular diferentes partes del organismo para inducir un equilibrio y lograr que mejore por sí mismo su funcionamiento. Por tanto, no se puede decir que esta técnica sea en sí misma un medio de diagnóstico o un tratamiento curativo, sino más bien una terapia complementaria que ayuda al cuerpo a reencontrar de nuevo el equilibrio.

Hay trastornos que encuentran alivio o mejora con la reflexología de pies y manos, que produce estos efectos benéficos sobre el organismo:

  • Reduce los efectos dañinos del estrés y la tensión emocional sostenida.
  • Mejora la función inmune.
  • Purifica el cuerpo realizando una acción “détox”. También se puedes hacer terapia hidromasaje linfático con impulsos electromagnéticos. (como se puede ver en un video nuestro de YouTube)
  • Favorece la circulación.
  • Alivia el dolor. Parece que la presión que se ejerce con los dedos es capaz de liberar las endorfinas, las sustancias que produce nuestro cuerpo para atenuar el dolor y dar una sensación de bienestar.
  • Mejora los problemas de ansiedad, migraña, diabetes, inflamación, malfuncionamiento de hígado, asma, artritis, trastornos digestivos, dolor de espalda, estreñimientos, insomnio, síndrome premenstrual, dolor postoperatorio, etc.

La planta del pie y el pie en su conjunto, representa en forma esquemática la totalidad del cuerpo y sus órganos. Este es el principio de la reflexología podal. En ella, mediante el masaje se puede influir a modo reflejo sobre los correspondientes órganos y vísceras, aparte de la importancia diagnóstica que tiene.

  • Lo primero es sentarse en una postura muy cómoda, con el pie derecho apoyado sobre tu rodilla izquierda o viceversa.
  • Sujeta tu pie con una mano, mientras presionas la planta del pie con el pulgar o índice de la otra mano. La presión debe ser constante, con una fuerza intermedia, y con un movimiento circular contrario a las agujas del reloj. Si lo haces el masaje al revés no te surtirá efecto.
  • Comienza el masaje presionando desde los dedos y hacia el talón. No olvides masajear los dedos y laterales del pie. Como en la planta del pie se reflejan todas las zonas de tu cuerpo, con este masaje general detectarás los puntos más sensibles, aquellos en los que sientes dolor.
  • Repite el mismo procedimiento con el otro pie para detectar los puntos sensibles o dolorosos.
  • Terminado el masaje general de los pies, haz un masaje localizado en las zonas sensibles o dolorosas que has detectado en ambos pies, siempre utilizando el pulgar o el índice de tu mano. El dolor de esas zonas indica que el órgano reflejado no está funcionando correctamente y requiere de mayor estimulación.
  • Intenta que la presión sea intermedia/fuerte, siempre en sentido contrario a las agujas del reloj. Si sientes mucho dolor, masajea el área circundante hasta llegar al centro del área dolorosa. Mantén, allí, una presión suave y constante, pero no excesiva.
  • Completa el tratamiento masajeando nuevamente toda la planta de cada pie, desde los dedos hacia el talón.
  • Para finalizar, masajea el empeine, el tobillo y frota el pie en forma general. Y un truco más, cuando acabes, ponte de pies y utiliza una pelota de tenis (si la tienes y sino una botella de agua también te puede servir) y haz presión en ella con el pie y haz mover la pelota por todo tu pie. Hazlo poco tiempo en los 2 pies y sentirás una sensación de alivio bestial.

Espero que hayas encontrado interesante este post…