El slow beauty es un concepto innovador que hace referencia a un cambio de hábitos. A tomarnos la vida con calma, despacio, saboreando cada momento y viviendo acorde a nuestros valores.

El mundo de la cosmética convencional es rápido, prometiendo resultados inmediatos olvidando la esencia natural de la cosmética.

Acabamos olvidándonos de dedicarnos tiempo a nosotros mismos. De ahí que esta tendencia haya tenido tanto éxito, pues resulta una manera ideal de alcanzar el bienestar interno en nuestro día a día y luchar contra el envejecimiento de la mano de productos naturales.

El uso de productos que respetan el entorno en el que vives es sin duda un valor añadido a este movimiento que invita a practicar el mindfulness, con el que guarda gran relación. Algunos de sus principales rasgos residen en centrar toda la atención en ti mismo, en tu cuerpo, en aprender a desconectar y conseguir alcanzar el bienestar emocional.

Se trata de una filosofía de vida que consiste en llevar a cabo hábitos de vida saludable, tales como comer sano, hacer deporte, dormir las horas necesarias y dedicarte unos minutos a meditar, pasear y disfrutar de todos los beneficios que te brinda la naturaleza.

El slow beauty se basa en el bienestar, es más una actitud que unas reglas que debemos seguir. Reivindicando las cosas bien hechas, con calma y respeto por el medio ambiente y los animales.

La cosmética que sigue la filosofía slow beauty utiliza ingredientes de origen natural. Y podemos ir un paso más lejos, hay marcas de slow beauty que son aptas para veganos, han decidido que sus productos de cosmética estén libres de cualquier componente de origen animal. Además, los ingredientes, al ser naturales son biodegradables, por ello son productos que cuidan el medio ambiente.

Invita a un consumo responsable, una armonía entre lo natural y el paso del tiempo, a base de activos naturales, exentos de elementos químicos, que aportan todos sus beneficios de forma paulatina y sin ser forzados a ser aceptados por nuestro cuerpo. De esta forma evitando alergias y reacciones atípicas innecesarias.

Ayudar a que el cuerpo envejezca de la mejor forma posible es clave en esta ‘belleza sin prisas’ promoviendo el cuidado constante y el mantenimiento diario de nuestra piel sin cambiar ni maquillar su realidad.

La cosmética orgánica nos ofrece todo esto y más, siendo respetuosa contigo y con el entorno y que una vez que pruebas y constatas sus beneficios no querrás salir de ella. Para nosotros y para la mayoría que practicamos.

El Slow Beauty es parte de algo tan básico como el amor a uno mismo y la aceptación del envejecimiento como algo inevitable, pero tomado con filosofía y siendo conscientes que es un proceso lento y bello que puede ser disfrutado.

Formar parte del Slow Beauty va mucho más allá de la aplicación cosmética, es un pensamiento, una corriente, una forma de vida que apuesta por tomarse la vida con calma y disfrutar del momento.
Un paseo por el parque para desatascar los músculos, unos minutos de relax en el césped, un café en un sitio con encanto, una charla distendida con alguna amiga, un pequeño auto-regalo en forma de masaje. Experiencias vitales que pueden aportar a tu bienestar y salud tanto o más que el más sofisticado de los tratamientos cosméticos.

¿Recuerdas todas esas cosas que hacías en la infancia y convertían tu vida en algo maravilloso? Retómalas y serás más feliz. Saltar sobre la cama, bailar locamente mientras te vistes, montar en bicicleta, tocar el ukelele, cantar a voz en grito en la ducha… pequeñas cosas que nos hacen más felices y que ni la monotonía ni la edad pueden quitarnos.
Para estar bien con uno mismo es importante estar en conexión con la naturaleza y el medio ambiente.

En definitiva, adoptar el estilo Slow Beauty es adoptar una nueva visión del mundo, donde prima la lentitud, y se invita a quererse y estar mejor con uno mismo para poder sentirse mejor con las personas y el mundo que nos rodea.

¿Te animas a apuntarte al Slow Beauty?
Es muy sencillo, lo único que tienes que hacer es conseguir tus productos naturales que mejor se adapte a ti. ¡Y VIVIR¡